Cuando a la CNT se nos invitó a
conmemorar la II república se nos presentaba una disyuntiva, ¿cómo conmemorar
la creación de un régimen político en el que como anarcosindicalistas no
creíamos?
No es la primera vez que la CNT
participa en actos parecidos y siempre nos hemos visto en esta tesitura, y como
no podía ser de otra manera, hemos participado pero queremos dar nuestra visión
sobre un proceso histórico donde nuestra organización tuvo su peso específico.
Como todos sabéis la CNT es una
organización que apuesta por una sociedad organizada desde la base, de forma
horizontal y por ende, contraria a la creación de cualquier forma de estado
vertical. Es obvio que la republica es un proyecto político que no tiene por
qué ser garante de los derechos y aspiraciones de las clases populares más
desfavorecidas. De hecho los EEUU son un estado organizado bajo una república y
a su vez es el máximo exponente del neocapitalismo más excluyente y voraz.
Pero en la CNT sabemos que cada
proceso histórico tiene sus particularidades. Y es justo decir que la II
república en España significó un soplo de aire fresco dentro del devenir
histórico. La II república venía a sustituir al proceso de restauración y
generó en las bases populares la esperanza de traer a sus vidas un régimen
político que trajese la libertad e igualdad tan deseada por la gran mayoría de
la población.
Lamentablemente la II república
nació casi muerta desde su proclamación. Los poderes fácticos del Antiguo Régimen
estaban casi intactos en la España de inicios del s.XX, es decir, ejército,
iglesia y grandes terratenientes tenían un gran peso en la sociedad española. Las
bases populares, la mayoría de ellas del ámbito rural (sin olvidar los núcleos
industriales de Cataluña y País Vasco), estaban organizadas en partidos y sindicatos
obreros. Estas bases populares tenían aspiraciones a las que la república no
podía ni llegó a colmar.
Por lo tanto, la clase social que
sería la llamada a sostener el proyecto político de la república era todavía
minoritaria (profesiones liberales, burguesía comercial e industrial, población
urbana), y en gran parte temía más a las organizaciones obreras como la CNT,
que ponía en entredicho el capitalismo y los privilegios de una burguesía que
todavía era muy débil en España.
No es de extrañar así, el que se
sucediesen episodios como casas viejas o que los gobernadores civiles se
negaran a armar al pueblo en los primeros días del levantamiento militar. Hecho
éste que pudo ser decisivo para defender la república y poder crear un proyecto
político que limase las diferencias entre las fuerzas de izquierda y pudiera
colmar mínimamente las aspiraciones del pueblo.
No es cuestión de hacer en este
momento un análisis pormenorizado de este periodo histórico tan importante para
el territorio español, pero sí que creemos que pasados los años es el momento
de recordar a todos aquellos, cenetistas, socialistas, comunistas, republicanos
de distinta índole que lucharon o dieron su vida, no sé si por un estado
republicano, pero sí al menos por un ideal de igualdad y libertad, y sobre todo
por un mundo mejor para ellos y su descendencia. Independientemente del
pensamiento político que tuviesen, lucharon generosamente y hoy, como cada 14
de abril es justo reconocérselo y no olvidarlo.
CNT Alcázar de San Juan
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